EXPERIENCIAS HUMANAS

Las olas. Un mar reflectante de la intensa luz del sol, color cristalino. Su agua tibia cuenta con imperfecciones: las olas. El viento las levanta, como la vida del ser humano, se ierguen, alcanzan un punto máximo, que si bien es cierto, dura poco. De repente, comienzan a decrecer, impulsadas de nuevo por el viento, se retuercen. Cuando ven que el final está próximo, llega su momento. La espuma, las burbujas.
Puede ser que la vida y el amor corran la misma suerte, ambos se asemejen a la historia de una ola. Corta, sí; pero embriagada de pasión, difícil y cargada de fuerza.

"Sentir el destino como un sueño es dejarse llevar por los momentos así como una pluma en el viento, seguir el rumbo de las olas del mar es entregar el cuerpo a la arena" - Anónimo.

miércoles, 19 de enero de 2011

AMOR

Descartemos de entrada calificar al amor como algo material. Prosigamos nuestra búsqueda contando con el elemento base: la relación. Partamos pues, conociendo los entresijos que producen el amor. No voy a tratar de determinar qué genera amor, sino el cimiento que le sustenta.
Procedamos así a imaginar un metafórico escenario. Un prado verde, la simbiosis entre el sol y los reflectantes árboles que relucen bajo su imperante luz. Dos enamorados, tumbados en la hierba. Despreocupados, sin temor, eso dicho, enamorados. ¿Perdón, serías capaz de repetir? En efecto, habrás releído lo anteior. Es un escenario que si no lo hemos vivido, lo soñamos, y si no es de este modo, lo hemos podido ver en alguna de nuestras películas preferidas. Pero... ¿qué es lo que exáctamente nos lleva a determinar que eso es exactamente amor?
Hay un grupo de personas, quizá excépticos, quizá mas racionales, dirían que dos personas no se aman en un prado si no están "enamorados". Pero ya conocemos las facultades de los seres humanos para dar placer al otro, que quizá tenga como objetivo una tarde en el prado.
Otros, por ejemplo, dirían que el cine ha creado ese prototipo y que, no debemos contar con él. Yo no deshecho opiniones, sólo las enumero.
Por último, aunque se me puedan pasar por alto importantes juicios, indico un tercer y último caso: "Es la relación entre ambas personas la que, por dar placer al otro, o por cumplir con un prototipo, generar un sueño, sentirse bien o crear algo grande. Es esa relación la que al fin y al cabo, las une, de una manera u otra. Si queremos saber si están enamorados o no, sólo faltaría una cosa: ser ellos dos. Y como ya a estas alturas debemos tener bastante claro, no se es el mismo para siempre. Las cosas cambian en cada momento, sitio, lugar y tipo de relación. Hay cosas que se mantienen constantes, otras como el amor, surgen. En ocasiones, ese amor prosigue o, se destruye. Lo que es cierto, es que, cada relación tendrá un significado diferente"
Ese significado es el que no puedo determinar, por ello, dejemos que el amor sea como aquél corazón que late y aquel pulmón que respira. Que muera o viva, es ya cuestión de su relación. De sus propios latidos.




«Amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad».
Gottfried Leibniz

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